¿Es Dios injusto en su castigo por el pecado?

MiguelP&RLeave a Comment

es Dios injusto en su castigo por el pecado

¿Es Dios injusto en su castigo por el pecado?

rEn ninguna manera (Romanos 3:5). Nuestra tendencia es cuestionar a Dios por su severidad en cuanto al castigo del pecado y considero que es principalmente por dos razones:

  1. Tenemos muy distorsionado nuestro concepto del bien y del mal
  2. Comprendemos muy poco sobre la grandeza y autoridad de Dios

La justicia es un atributo de Dios, así lo confirma Salmo 7:11 «Dios es juez justo», al igual que muchas otras escrituras, y «Él no puede negarse a sí mismo», así que «El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?» (2 Timoteo 2:13; Génesis 18:25).

Lo horrendo del pecado

Para Dios el pecado es algo muy serio. Es infracción de la ley (1 Juan 3:4). Si vemos a alguien que miente no pensamos que es malo porque nosotros también mentimos con frecuencia. Pero cuando vemos un asesino inmediatamente pensamos que es alguien malo. Esto se debe al hecho que esa persona hizo algo que yo no hago y es por eso que lo vemos con espanto y de seguro estamos de acuerdo con que merece un castigo. Quiero que considere por un momento la santidad de Dios. En Dios no hay pecado ni tampoco puede pecar. Así que el Dios que ha dicho «no matarás» (porque Él nos garantiza la vida) también es el que dijo «no mentirás» (porque Él quiere garantizar la verdad, porque Él es verdad). Así que para Dios el asesinato y la mentira son igualmente pecado y merecen el castigo. Por lo tanto todo pecado es grave.

El profeta Isaías contempló la gloria de Dios y su santidad: «vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines… y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria… Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos» (Isaías 6:1-3, 5).

La infinita y perfecta santidad de Dios expone nuestro pecado y deja en claro que todo pecado es algo grave y serio que demanda el castigo de parte de Dios. Además de esto, el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón (1 Samuel 16:7) y «todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta» (Hebreos 4:13). Entonces para Él la evidencia es contundente y definitiva.

Todo pecado es cometido contra la Autoridad suprema del universo

Cuando Pilato estaba juzgando al Señor Jesucristo los judíos le dijeron «Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios. Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo (Juan 19:7-8). ¿Por qué Pilato tuvo más miedo? Pilato sabía que hacer algo contra una persona inocente era algo grave, pero al darse cuenta de quién era el Señor Jesucristo, de la autoridad que tenía, era el mismo Hijo de Dios, el Dueño del universo tuvo más miedo porque supo que era aun más grave. Una infracción es grave pero al ser cometida contra alguien de autoridad lo hace más serio. Reconozca, mi querido lector, lo que entendió aquel hijo pródigo: «he pecado contra el cielo y contra ti» (Lucas 15:21). Como también dijo Elí: «Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él?» (1 Samuel 2:25).

La justicia de Dios manifestada en la cruz

Si había algún momento para que la justicia de Dios fuera más flexible era cuando Dios iba a castigar a su Hijo por nuestros pecados. Era el momento de hacer el castigo menos severo, más permisivo. Pero ni aun allí ocurrió de esa manera, sino que la ira de Dios fue sobre el bendito y santo Hijo de Dios. «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías 53:6). «Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne» (Romanos 8:3).

En lugar de cuestionar la justicia de Dios para tratar de justificarse a sí mismo, vea que el juicio de Dios ha quedado satisfecho por la muerte de Cristo en la cruz. Descanse plenamente en Su obra para el perdón de sus pecados.

Si quieres saber algo más o tienes algún comentario sobre esta u otra pregunta puedes contactarnos a info@salvoxgracia.com

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *