¿Culpable o Inocente?

MiguelBuscando a Dios

Una de las noticias que fue imposible de ignorar en Venezuela en el año 2010 fue el arresto de Walid Makled, uno de los narcotraficantes más buscados el mundo. Makled, conocido como «el Turco», es un empresario dueño de Aeropostal, Transgar, empresas aduaneras y otras empresas que se sumaban a la lista de riquezas que este hombre poseía. En menos de dos años, Makled pasó de ser un respetado empresario a estar en la lista de uno de los tres narcotraficantes más buscados del mundo. El 13 de noviembre de 2008 allanan su finca en el Estado Carabobo donde incautan 392 kilos de cocaína. Ahora vivía escondido, ya que países como Venezuela, Colombia y Estados Unidos le buscaban por todas partes. Walid Makled es buscado por homicidio, tráfico de drogas, lavado de dinero, etc. Este hombre ha hecho muchas cosas que son consideradas por las leyes de estos países como delitos y merece ser juzgado.

De acuerdo a la ley de Dios hemos sido hallados culpables

Amigo, si Dios hiciera una lista de los delitos que has hecho, ¿de cuántos delitos te acusaría? Debes saber que todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta (Hebreos 4:13). El Dios del cielo no se basa en una ley terrenal sino en su misma Palabra. La ley de Dios dice, por ejemplo: «no mentirás», ¿alguna vez has mentido? Dice también: cualquiera quese enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego (Mateo 5:22). Inclusive dice: y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado (Santiago 4:17). Tenemos una lista larga de pecados que declaran en nuestra contra y de acuerdo a la ley de Dios hemos sido hallados culpables.

Makled fue encontrado en Colombia el 19 de agosto de 2010 y extraditado a Venezuela el 9 de mayo de 2011. El dinero, la astucia, sus empresas y amistades no lo pudieron tener escondido más tiempo. Era obvio que en algún momento lo encontrarían, y así fue. Ahora está siendo sometido a juicio. La fiscalía tiene más de 30 casos en su contra y el mundo entero está a la expectativa del veredicto. Seguramente, después de lo que usted ha leído no esperará que el veredicto sea «inocente». Este juicio no está buscando si Makled hizo algo malo o no, sino la cantidad de fechorías que cometió. No está determinando si Makled irá preso o libre, sino cuántos años estará preso. No está buscando si es culpable o inocente sino el castigo que merece.

Con lo que Dios ya sabe de nosotros, Él no va a buscar si hemos hecho algo malo sino la cantidad de pecados que hemos cometido. No para ver si somos culpables o inocentes, sino para darnos el castigo que merecemos.

Apreciado lector, ¿has pensado en la cantidad de pecados que testifican en tu contra ante el Juez de la tierra? Dios ya sabe que somos culpables, Él nos declara: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno» y también «todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:10-12,23). No nos podemos esconder siempre delante de Dios, un día nos tenemos que presentar delante de él para juicio. Con lo que Dios ya sabe de nosotros, Él no va a buscar si hemos hecho algo malo sino la cantidad de pecados que hemos cometido. No para ver si somos culpables o inocentes, sino para darnos el castigo que merecemos.

Pero Dios es amor y Él ha decidido pagar un precio por nuestro rescate. Cristo, siendo inocente, vino del cielo para recibir en la cruz el castigo que nosotros merecemos y así cumplir con la justicia de Dios. Si pones tu fe en el Señor Jesucristo y le recibes como Salvador ya Dios no te inculpa de pecado porque Cristo llevó tu castigo. Dios no castiga dos veces. Cristo es la única salida, si le rechazas Dios tendrá que castigarte en el lago de fuego por tus pecados. Sé sabio y acepta la obra de Cristo en la cruz y serás libre del castigo eterno.

Miguel Mosquera