SALVACIÓN – ¿Salvos de qué?

MiguelBuscando a Dios1 Comments

Imagínese que va navegando en un barco cuando, de repente, ocurre un accidente y el barco comienza a hundirse. En pocos momentos se encuentra en medio del mar, sin saber nadar y, como puede, empieza a gritar “¡Ayuda!” Necesita ser salvo urgentemente... pero ¿de qué? Obviamente del peligro de morir ahogado.

Usemos otro ejemplo similar para enfatizar la idea: si usted estuviera en un edificio en medio de un incendio, viene un bombero y le salva. ¿De qué le salva? Lógicamente, del fuego y de morir en el incendio.

Siempre que usamos el verbo salvar estamos refiriéndonos a ser salvos DE algún peligro. Esta es la definición que le da el diccionario a la palabra “salvar”: librar de un riesgo o peligro, poner en seguro.

En la Biblia, en el Nuevo Testamento, encontramos las palabras ‘salvar’ o ‘salvación’ más de 100 veces. Hay algo importante que Dios quiere decirnos. Dios “quiere que todos los hombres [seres humanos] sean salvos” (1 Timoteo 2:4). ¿Ser salvos? Yo no me siento que estoy en peligro en estos momentos. ¿Ser salvos de qué?

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¿Salvos de qué? ¿Cuál es el peligro?

En Mateo 1:21 se nos explica que Jesús fue llamado con este nombre porque “Él salvará a su pueblo DE SUS PECADOS” (énfasis del autor).

Los pecados son el mayor peligro que corre una persona.

Desde su entrada al mundo, el pecado ha traído ruina y miseria a la raza humana. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12).

¿Qué son los pecados? Fíjese lo que dijo el Señor Jesucristo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mateo 15:19-20). El pecado ha traído confusión, engaño y oscuridad en la vida de las personas (Juan 3:19). Ha dejado dolor y tristeza en el corazón. Aun así, todo el daño que el pecado ha hecho en el mundo no es de comparar a la consecuencia final del pecado que es la condenación eterna (Romanos 1:18, 28-32, 6:23).

¿Qué tan serio es este peligro?

Jesús dijo, “si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24). En otras palabras, una persona que no es salva va a llevar las consecuencias eternas del pecado.

No hay tragedia más grande para una persona que morir en sus pecados. Usando el ejemplo del incendio que mencionamos al principio, si el bombero no le salva, ¿qué le va a pasar? Morirá en el fuego. Esto pasa a una persona que muere en sus pecados, le espera el lago de fuego.

Hay una advertencia, en la Biblia, para quien no quiera creer en Él: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” (Hebreos 2:3).

¿Puedo hacer algo para salvarme?

La Palabra de Dios es enfática al decir que nosotros no podemos hacer nada para salvarnos a nosotros mismos. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Es por eso que necesita un Salvador, alguien que quiera y pueda salvarle.

¿Quién me puede salvar?

Para eso vino el Señor Jesucristo al mundo. “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17). No hay otro Salvador. “Este Jesús... Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Para salvarnos Cristo murió por nuestros pecados, sufriendo el castigo divino. Dijo Zacarías, “Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, y nos levantó un poderoso Salvador” (Lucas 1:68-69).

No solamente Él puede salvarle para siempre, “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25), también quiere salvarle, “al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).

¿Cómo puedo ser salvo?

Jesucristo es el Salvador. Solamente tiene que confiar en Él para ser salvo. “¿Qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:30-31). “Y, ¿cómo voy a saber si de verdad soy salvo?”. Porque Dios lo dice en su Palabra, y puedes confiar en Dios completamente, porque Él no miente.

La Palabra de Dios es suficiente para darnos la seguridad de la salvación.

¿Cuándo debo ser salvo?

Para ser salvo no necesitas cumplir ningún requisito. Cristo dice: “al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Ven a Cristo tal como eres y confía en Él. No hay mejor momento que ahora: “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:4).

Miguel Mosquera

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