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La Tentación (Parte 2)

Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
(Mateo 4:3-4)

El tentador trabaja muy sutilmente. Quiere ver que todo parezca algo legítimo sin mostrar el mal que hay detrás de sus tentaciones. Se presenta en el momento oportuno, después que el Señor ha ayunado por cuarenta días y tiene hambre. Aunque Satanás había estado tentando al Señor durante todo este tiempo no fue sino hasta el final que dejó esta tentación en particular, sabiendo que el Señor ya tenía hambre y la necesidad le impulsaría a satisfacerla. La estrategia antigua y efectiva del enemigo: poner en duda la palabra y la naturaleza de Dios. Así comenzó con Eva, “con que Dios os ha dicho” (Génesis 3:1). Ahora está cuestionando a Cristo: “Si eres Hijo de Dios”, en pocas palabras “demuéstramelo”. El Señor sabía que Satanás estaba consciente que Él era el Hijo de Dios, así que no va a ceder a su sutileza. Claro que Jesús podía convertir las piedras en pan y al hacerlo finalmente podría satisfacer su hambre, pero tres cosas nos vienen a la mente de por qué el Señor no lo hizo:

Cristo no duda ni por un momento, tiene el versículo apropiado para destruir los argumentos del enemigo, “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Miguel Mosquera

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