Sufriendo injustamente

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Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé? Salmo 69:4

Son varios los personajes en el Antiguo Testamento que sufrieron injustamente. Lea sufría al ver que Jacob amaba más a Raquel (Génesis 29:32). Jacob sufrió por el trato de Labán al cambiarle el salario 10 veces y lo que implicaba el cuidado de las ovejas (Génesis 31:42). José sufrió el desprecio de sus hermanos y las injusticias en Egipto (Génesis 41:52). El pueblo de Israel sufrió la esclavitud de los Egipcios por muchos años.

Sin embargo, ningún sufrimiento puede compararse con el sufrimiento injusto que recibió el Señor Jesucristo. En su vida mostró compasión por los necesitados, sanó a los enfermos sin ningún tipo de preferencia. Trató a todos por igual. Pero le despreciaron, le entregaron a muerte. Le castigaron sin tener ninguna acusación contra Él. Le azotaron para complacer a la multitud. Pilato dijo públicamente que era no había hallado delito en Él. Judas entregó las piezas de plata porque sabía que Jesús era inocente. El malhechor al lado del Señor dijo que no había hecho ningún mal. El centurión reconoció que Jesús era un hombre justo.

Aunque humanamente hablando los sufrimientos de Cristo fueron injustos, el castigo que recibió en la cruz fue completamente justo, ya que fue el perfecto juicio de Dios que nos correspondía a nosotros el cual cayó sobre Él.

¿Has pasado por momentos en que sientes que estás sufriendo injustamente? Confía en Él. Nuestro Señor ya pasó por esa experiencia y te extiende su brazo amoroso para ayudarte en este momento.

Miguel Mosquera

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