El Hijo dado

MiguelDevocionales, Vida Cristiana

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Isaías 9:6)

 

el-hijo-dadoEs una maravilla pensar en el nacimiento de un bebé, es un milagro de Dios, cada uno de ellos. En Belén nacería un niño, los ángeles le dieron la señal a los pastores que lo encontrarían «envuelto en pañales», como cualquier otro bebé, pero «acostado en un pesebre», algo inusual para el nacimiento de un niño. En aquel establo había nacido un niño, como cualquier otro niño, sin embargo único y singular, ningún otro como Él.

Isaías nos da la razón, ya que ese niño que nacía era el mismo Hijo de Dios que se nos daba. El Eterno se humanó, el Dios Altísimo se hizo hombre, el Verbo se hizo carne. No vino con esplendor, ni esperando la alabanza y la reverencia de los hombres. El apóstol Pablo nos dice que «se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres». Su venida tenía un propósito que, desde su nacimiento, se estaba anunciando, Él «salvará a su pueblo de sus pecados». Dios nos dio a su Hijo, no solamente para nacer, sino aun más, para morir. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3.16).

Miguel Mosquera