Ser llenos del Espíritu Santo no está asociado con una experiencia extrasensorial, sino más bien con el orden y control del Espíritu sobre toda nuestra vida.

La llenura del Espíritu es como un perfume que llega a cada rincón de la habitación. Se trata de ceder completa ocupación al Espíritu Santo en nuestra vida. De esta manera le damos acceso y control al Espíritu Santo en cada aspecto de nuestra vida, bien sea la familia, el trabajo, las relaciones de amistad, el matrimonio, lo estudios, el servicio al Señor, la vida financiera, etc.

Cuando estamos llenos del Espíritu Santo se verá reflejado en:

• Buen testimonio – “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo” (Hechos 6:3)
• Apreciación por la Persona de Cristo – “Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55)
• Gozo en el creyente – “Los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos 13:52)
• Alabanzas y cánticos a Dios – “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:18-19)
• Valor para compartir la Palabra de Dios – “todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios» (Hechos 4:31)

Esto no está reservado solamente para los creyentes más espirituales, sino que es un mandamiento para todo creyente: “sed llenos del Espíritu”.

Abre mi oído a tu verdad;
yo quiero ir con claridad
bellas palabras de dulce amor,
¡oh mi bendito Salvador!
Consagro a Ti mi frágil ser;
tu voluntad yo quiero hacer.
Llena mi ser, Espíritu Consolador.

Miguel Mosquera