La iglesia de los tesalonicenses era una iglesia firme a pesar de las circunstancias en las cuales había sido formada la iglesia. Ellos eran nuevos creyentes y sabían poco de la vida cristiana. El apóstol Pablo hubiese querido quedar más tiempo para enseñarles más abundantemente la doctrina y sobre el andar cristiano, sin embargo, había tenido que salir de la ciudad debido a las amenazas de los judíos. Timoteo fue enviado por el apóstol para saber del estado de la iglesia y recibió muy buenas noticias sobre los tesalonicenses.

¡Qué animador es escuchar de los creyentes andando firmes en el Señor! ¿Cómo sería el reporte sobre mi vida cristiana? A veces culpamos a nuestras circunstancias de nuestro poco crecimiento, pero Dios espera fidelidad y crecimiento a pesar de las circunstancias.

Los tesalonicenses tenían que abundar y continuar con lo que ya habían aprendido. El amor unos para con otros, que fue el mandamiento que el Señor dejó a sus discípulos (Juan 14:34) este es un mandamiento básico para el creyente. Firmeza de corazón, que es posible mediante la armadura de Dios para el creyente (verdad, justicia, evangelio de la paz, fe, salvación y la Palabra de Dios – Efesios 6:13-17). Santidad delante de Dios, en lo secreto y en lo público. Fíjese que no es delante de los hombres, sino delante de Dios, quien conoce aún nuestros pensamientos.

Que aprendamos a ser como los tesalonicenses.

Hasta que vengas, Salvador,
que mi anhelo sea querer
ser del pecado vencedor
al tu Palabra obedecer.
Y al Tú crecer y yo menguar,
tu imagen pueda reflejar.
Y al Tú crecer y yo menguar,
tu imagen pueda reflejar.

Miguel Mosquera