La conquista de Hebrón – una mirada al Calvario

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Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredadJosué 14:13

Caleb fue uno de los doce espías que Moisés envió a la tierra prometida (Números 13). Ahora Israel ha conquistado la tierra y es el tiempo de la repartición a cada tribu. Caleb tiene su mirada puesta en una ciudad que queda en un monte: Hebrón. Quisiera notar algunas comparaciones entre Hebrón y el Calvario.

La batalla

El enemigo era poderoso. Hebrón se llamaba antes Quiriat-arba, porque Arba «era el hombre más grande entre los Anaceos» (Josué 14:15 NBLH). Estaba dominada por gigantes, un enemigo fuerte y temible. Cristo fue al Calvario para enfrentar a un enemigo poderoso, Hebreos 2 lo describe como el que «tenía el imperio de la muerte». Es el diablo mismo, que también tenía al hombre en esclavitud por el temor de la muerte. La muerte de Cristo en el Calvario fue el golpe certero y definitivo de la derrota del diablo.

El hombre

Tenía que ser Caleb quien conquistara este monte. Caleb dice: «yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios» (Josué 14:8). Podemos mirar la vida de Caleb y reconocer que había sido fiel a Dios, a diferencia de otros en su generación. Sin duda, que esto mismo podemos decir del Señor Jesucristo. Fue perfecto y sin pecado, fiel a Dios y obediente a Su Palabra. Ningún otro podía hacer la obra de la cruz.

Para el beneficio de otros también

Caleb habitó en un campo en Hebrón y la ciudad fue dada a los sacerdotes (Josué 21:11). Además de esto, Hebrón fue una ciudad de refugio, donde podía acudir todo aquel que había cometido homicidio sin intención y estaba huyendo del vengador de la sangre (Josué 20). ¿Pelear una batalla para que sean otros quienes gocen del beneficio? Así es, Caleb la disfruto y otros también. De la misma manera que Cristo fue a la cruz y nosotros nos hemos beneficiado de la obra que Él completó allí. Él está satisfecho y se goza del fruto de la aflicción de su alma. Para nosotros el Calvario es el lugar donde hemos encontrado el refugio, la salvación de nuestros pecados. Él llevó el sufrimiento y obtuvo la victoria, mientras que nosotros por la fe hemos recibido el beneficio de la paz y la seguridad por el sacrificio de Cristo.

Hubo descanso

No fue sino hasta que Hebrón fue conquistada que se nos dice que: «la tierra descansó de la guerra». La cruz del Calvario nos ha dado el descanso. Un solo sacrificio, una sola vez y para siempre. Dios ha quedado satisfecho. Él da el verdadero descanso, Él da la verdadera paz.
¡Qué gran victoria obtuvo Caleb al conquistar Hebrón! Sin embargo, mucho mayor fue el triunfo de nuestro Señor Jesucristo en el Calvario.

Miguel Mosquera

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